1982, febrero. Diluvia en Buenos Aires. Las calles parecen ríos. Tengo que hacer una nota a Raúl Ricardo Alfonsín en su oficina de la calle Santiago del Estero. Llego tarde y empapada. Margarita, su secretaria, nos informa que “El Doctor está atrasado. Un grupo de correligionarios del interior ha tenido problemas para llegar en hora a la reunión prevista y el Doctor ha decidido atenderlos igual.” ¿Podremos esperar unos cuarenta minutos?
El periodista con el que concurro no tiene problemas. En realidad yo tampoco, pero si no cubro mi banco… Explico. Margarita sugiere: deje el equipo. Haga el banco y vuelva.
Cuando regreso la entrevista ya ha comenzado.
Soy objeto de algún comentario gracioso por parte de Alfonsín, que nunca pude recordar. Me autoriza a hacer todas las fotos que quiera. Y con esa actitud calma mi ansiedad.
Me impresiona su serenidad. Ante las preguntas más insidiosas sus respuestas son desgranadas con cuidado, casi con severidad. Sin embargo, su picardía aflora. Sabe muy bien cuales serán los límites de una, por el momento hipotética, llegada suya al poder. Se compromete a hacer “todo lo que pueda sin arriesgar la democracia” Y se sentirá muy conforme si “me dejan gobernar un año y medio. En ese tiempo se pueden hacer cosas”. Su mayor anhelo, ya entonces, es trasmitir la banda presidencial a otro argentino elegido por el pueblo. Admiré su pensamiento, tan claro.
Desde ese día hice muchas notas al Dr. Alfonsín. Fui testigo de muchas entrevistas, de muchas actividades en las que participó. A veces sus palabras me sorprendieron. Era difícil aceptar ciertas posiciones algo alejadas de nuestra ilusión. Pero en el largo plazo, sus actos resultaron apropiados. Cumplió con sus dichos de aquella primera entrevista, que tanto me conmovió. Hizo todo lo que pudo sin arriesgar la democracia. Y a veces pagó caro su decisión.
Quiero honrar su recuerdo con una imagen de las que le tomé el 15 de febrero de 1983, en su oficina de la calle Santiago del Estero.
viernes, 3 de abril de 2009
60 - Homenaje
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2 comentarios:
Estaba esperando tu foto. El relato de yapa me encantó por inesperado...
Gracias!
Alicia.hermosa la foto y apropiado el comentario.Yo atambién en un blog le rendí mi homenaje recuerdo.
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